Historia de la Archicofradía según sus Escultores
La historia, como narración de un conjunto de sucesos acaecidos a lo largo de los años, e incluso de los siglos, como es el caso de la Archicofradía de la Preciosísima Sangre, pone de relieve aquellos que por su relevancia y trascendencia marcaron de alguna manera el devenir de una sociedad o de una entidad. Esos hitos especialmente significativos se convierten en referentes a la hora de descubrir la trayectoria de la institución objeto de nuestro estudio, que en esta oportunidad se aborda a través de las Constituciones, estatutos o reglas que han regido a la hermandad penitencial a lo largo de su dilatada pervivencia.
Habrá que dejar sentado, ante todo, que no existe constancia documental de una reglamentación por la que se rigieran los cofrades de la Sangre con anterioridad al año 1603, cuando con fecha de 29 de noviembre fueron aprobadas por el Vicario general, Francisco de Salcedo, en tiempos del obispo Alonso Coloma, unas Constituciones, por desgracia desaparecidas, de las que se da noticia en el pleito mantenido frente a los Carmelitas durante buena parte del siglo XVIII.
Sin embargo, es sabido que el denominado “Documento Fundacional”, un acta datada en 1729 y firmada por el licenciado Alonso Camacho, fiscal general del Obispado de Cartagena, sitúa los orígenes de la Cofradía en la Iglesia de Santa Olalla (Eulalia) de los catalanes el 11 de abril de 1411, a resultas de la predicación que San Vicente Ferrer llevó a cabo en la ciudad y que está recogida en su sermonario. Del mismo modo que se refiere a la estancia de la asociación penitencial en el Convento de La Trinidad, mediado el siglo XVI, y a su establecimiento en el Convento de los Carmelitas Calzados, predecesor de la actual Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, el 15 de noviembre de 1589.
Que la Cofradía fuera muy anterior a las Constituciones de 1603 podría explicarse por la posibilidad de que las compañías o hermandades de disciplinantes que San Vicente Ferrer fundó a su paso por los pueblos y ciudades se rigieran por una regla escrita por el gran predicador dominico, y de cuya existencia se tiene noticia por su publicación en Barcelona en 1547 con el título “Ordinacions y establisments pera la cofraria de la Preciosa Sanch de J.C. anomena dels Disciplinants”, de la que dio noticia el profesor Sánchez Herrero, de la Universidad de Sevilla, en el I Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa, celebrado en Zamora en febrero de 1987.